Un nuevo análisis del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) destaca el potencial de las políticas de fomento al emprendimiento como una herramienta efectiva para generar empleo de calidad en América Latina y el Caribe, donde el 51% de las personas en edad de trabajar vive en condiciones de pobreza laboral.

El informe enfatiza que, si bien las políticas activas del mercado laboral son fundamentales para abordar la informalidad y la baja productividad, no existe consenso regional sobre cuáles prácticas son más efectivas según el contexto. En ese marco, el documento examina 38 estudios sobre intervenciones como capacitación tradicional y no tradicional, apoyo financiero, asistencia técnica y asesoramiento.

Los resultados muestran que en economías desarrolladas, las intervenciones “duras” (como financiamiento) pueden ser efectivas por sí solas. Sin embargo, en economías en desarrollo, la combinación de acciones “suaves” y “duras” mejora significativamente las perspectivas de empleo. Además, se destaca que los programas bien diseñados y focalizados pueden favorecer la inclusión de grupos desaventajados.

Entre las lecciones aprendidas, se señala la importancia de identificar a personas con alta probabilidad de éxito pero limitaciones estructurales. Las políticas deben diseñarse considerando las particularidades regionales, nacionales y locales, evitando enfoques uniformes.

El documento sostiene que fomentar el emprendimiento no solo combate el desempleo, sino que también puede actuar como catalizador de inclusión y movilidad laboral. Asimismo, se reconoce su potencial como complemento valioso de otras políticas laborales, especialmente en ciudades más pequeñas o mercados menos dinámicos.

Con un diseño y aplicación adecuados, estas políticas tienen el potencial de transformar la realidad laboral de la región, generando más oportunidades, mejorando el acceso al empleo y contribuyendo al crecimiento económico sostenible.

Fuente: publications.iadb.org